No hay más sordo que aquel que no quiere oír solía decir mi madre cuando de adolescente me ponía necio en algunos temas que consideraba justos, el problema para mi radicaba en que a la larga siempre mi madre tenía razón. El día de ayer, comentábamos con ella la actualidad del país y me dijo exactamente lo mismo refiriéndose a los dirigentes indígenas.
Lo cierto es que, a pesar del estado de emergencia decretado por el Presidente Palacio, la desobediencia civil se ve aún en algunos puntos focalizados del territorio nacional como es el caso de Peguche que se resiste aún a dejar libres los caminos obligando a los productores y exportadores de la sierra norte a contratar vuelos desde Ibarra a Quito (El Comercio miércoles 22 de marzo, pag. 12). Pero mucho más allá de esto, se encuentra la posición de las organizaciones indígenas para frenar, por medio de la fuerza, aquello que no han podido frenar de manera democrática y constitucional, prueba de aquello es el dato que nos trae el diario El Comercio en su página 3 del 22 de marzo, en el cual se dice que la CONAIE no tiene una respuesta a la pregunta ¿por qué no se llegó a recoger todas las firmas necesarias para que se convoque a la consulta popular sobre el TLC? teniendo más de 17 meses para hacerlo desde que a través del movimiento Ecuador Decide, conformado por la CONAIE y algo mas de 100 organizaciones sociales, pidieron al Tribunal Supremo Electoral, los formularios de firmas para someter este tema a Consulta Popular
Pero mucho mas allá de estos acontecimientos que tienen concentrado al régimen y que tienen sus consecuencias económicas calculadas en 10 millones de dólares diarios de pérdida para el país, están también los efectos devastadores del invierno en el litoral ecuatoriano que al momento ha golpeado a mas de 6000 familias y por supuesto ha dejado posiblemente mayores secuelas económicas que el paro indigena, debido a la pérdida de los cultivos en todas las provincias de la costa.
Lo cierto es que, a pesar del estado de emergencia decretado por el Presidente Palacio, la desobediencia civil se ve aún en algunos puntos focalizados del territorio nacional como es el caso de Peguche que se resiste aún a dejar libres los caminos obligando a los productores y exportadores de la sierra norte a contratar vuelos desde Ibarra a Quito (El Comercio miércoles 22 de marzo, pag. 12). Pero mucho más allá de esto, se encuentra la posición de las organizaciones indígenas para frenar, por medio de la fuerza, aquello que no han podido frenar de manera democrática y constitucional, prueba de aquello es el dato que nos trae el diario El Comercio en su página 3 del 22 de marzo, en el cual se dice que la CONAIE no tiene una respuesta a la pregunta ¿por qué no se llegó a recoger todas las firmas necesarias para que se convoque a la consulta popular sobre el TLC? teniendo más de 17 meses para hacerlo desde que a través del movimiento Ecuador Decide, conformado por la CONAIE y algo mas de 100 organizaciones sociales, pidieron al Tribunal Supremo Electoral, los formularios de firmas para someter este tema a Consulta Popular
Pero mucho mas allá de estos acontecimientos que tienen concentrado al régimen y que tienen sus consecuencias económicas calculadas en 10 millones de dólares diarios de pérdida para el país, están también los efectos devastadores del invierno en el litoral ecuatoriano que al momento ha golpeado a mas de 6000 familias y por supuesto ha dejado posiblemente mayores secuelas económicas que el paro indigena, debido a la pérdida de los cultivos en todas las provincias de la costa.
¿Está alguien haciendo algo ante esta realidad? El gobierno maniatado de pies y manos no atina en qué pasos va a dar, el Congreso Nacional, haciendo mutis por el foro, no dice "esta boca es mia" en ningún tema, lógicamente se están cuidando electoralmente, las organizaciones sociales se encuentran entrampadas en discusiones ideológicas intrascendentes mientras el país se queda retrasado en todos los aspectos... ¿alguién podrá ayudar a este pobre país? Señores, nos estamos hundiendo, nos estamos comiendo nosotros mismo, vistos desde fuera, somos nuestros propios predadores, somos un país en quiebra, nuestros recursos más importantes, el humano y el intelectual, están buscando nuevos horizontes en otro país, es poco probable que suceda pero alguién dijo alguna vez "el que salga al último, que apague la luz".